LA BATALLA DE LIMA DE 1536

Quizu Yupanqui, hermano de Manco Inca y uno de los paladines de la reconquista incaica. Dibujo: Municipalidad de Lima

El general Quizu Yupanqui
y 25 mil soldados incas llegaron a las afueras de Lima a fines de agosto de 1536. El objetivo era destruir la nueva ciudad española y arrojar al mar a sus 400 barbudos. Al pie del cerro San Cristóbal, antes iniciar el ataque, arengó a sus hombres:

- Nuestro amado rey Manco Inca nos ha confiado la gran tarea de destruir a estos demonios sungasapas (barbudos) que están matando a nuestra gente y saqueando nuestros pueblos. El gran Yaya Inti (Padre Sol) será testigo de nuestra memorable hazaña.

Uno de los mejores guerreros cusqueños, el capitán Illa Túpac, respondió:

- Lo hemos jurado por nuestros wakas (dioses) y por nuestro Sapa Inca, todos estamos dispuestos a ofrendar la vida si es necesario.

En ese momento, Quizu Yupanqui levantó la unancha, su gran estandarte multicolor, y lanzó el grito de guerra:

- ¡Al mar a los barbudos!

Un bosque de banderas tahuantinsuyanas cubrió a los guerreros de bronce, quienes marcharon hacia la capital de Francisco Pizarro con un terrible coro que retumbaba en los oídos de los cristianos:

- ¡Al mar a los barbudos, al mar a los barbudos, al mar a los barbudos!

Dispuestos a matar a todos los cristianos o morir en el intento, los miles de aucarunas salieron de las faldas del cerro San Cristóbal divididos en tres frentes: el centro con Quizu Yupanqui, el norte con Illa Túpac y el sur con Puyu Vilca.
En Lima Francisco Pizarro ubicó a sus hombres en puntos estratégicos, rodeados con miles de indios amigos, entre quienes destacaban los yungas, los huancas y los huaylas. Además, confiaba en la inminente llegada de refuerzos hispanos y de tropas de indios chachapoyas, feroces enemigos de los incas.
Cuando empezó la lucha ambas fuerzas estaban separadas solo por el río Rímac. Durante 5 días los rebeldes arrojaron una multitud de flechas y piedras sobre los españoles que se guarecían en tapiales de adobe especialmente construidos para su defensa. Los cristianos respondieron con muchos tiros de arcabuz y sus aliados con una lluvia de flechazos. La caballería se mantuvo a la espectativa de una posible incursión de los atacantes.
Al sexto día Quizu Yupanqui decidió el ataque final sobre Lima. Antes de cruzar el río se dirigió a sus tropas:
- Yo quiero entrar hoy en el pueblo y matar a todos los españoles. Tomaremos a sus mujeres y nos casaremos con ellas. Los que fueran conmigo irán bajo esta condición: si yo muriese mueran todos, y si yo huyere huyan todos.
Todos estaban decididos, y con un aterrador griterío empezaron a vadear el río, bajo el fuego y las flechas del enemigo. Continuará ...