VASCO NUÑEZ DE BALBOA Y EL DESCUBRIMIENTO DEL MAR DEL SUR

Vasco Núñez de Balboa. Foto: Zaqarbal (Flickr).

Vasco Núñez de Balboa y el descubrimiento del Mar del Sur

A mediados de 1513, Vasco Núñez de Balboa llegó a las tierras del cacique Comagre, en las costas del Caribe panameño. El jefe indígena temeroso de las armas y los perros de los extranjeros se sometió pacíficamente, incluso aceptó bautizarse. Las joyas de oro y piedras preciosas que consiguieron los hispanos en el pueblo de Comagre, provocaron una feroz disputa a la hora de la repartición entre los soldados. Esto fue observado por Panquiaco, el joven hijo del cacique, quien, sorprendido de la avidez de los barbudos por el oro, le contó a Balboa que cruzando la cordillera había un mar muy grande y que navegando hacia el sur encontraría un poderoso reino muy rico en metales preciosos.

El 1 de setiembre de 1513, Balboa salió de Santa María de la Antigua, llevando como lugarteniente a Francisco Pizarro. La expedición contaba con 200 cristianos y 1000 indios auxiliares, con los cuales debía atravesar una abrupta cadena montañosa, llena de indígenas feroces. Los españoles estaban dispuestos a afrontar todas las dificultades, con la esperanza de hacer un gran hallazgo que los colme de gloria y muchas riquezas. Lucharon contra varias tribus, derrotándolos con la ayuda de los perros “comeindios”. Se abrieron paso entre la espesa selva tropical, repleta de serpientes y mosquitos, dejando en el camino decenas de compañeros muertos y heridos.

Por fin, en la mañana del 25 de setiembre los indios le dijeron a Balboa que estaban frente a la última montaña que debían escalar para ver el otro océano. El capitán español ordenó acampar a sus hombres y él subió sólo hacia la cima. Jadeante y emocionado llegó a la cúspide y se convirtió en el primer europeo en ver el Océano Pacífico. Cayó de rodillas, inclinó la cabeza e hizo una oración. Luego se puso de pie y llamó a sus soldados, quienes corrieron hasta su jefe y contemplaron la inmensidad del Mar del Sur, el nombre que le acababa de poner su descubridor.

El 29 de setiembre, llegaron a las orillas y Balboa fue el primero en bañarse en las playas del Océano Pacífico. Luego realizó una ceremonia de toma de posesión de sus aguas, islas y tierras firmes. Antes de regresar a Santa María de la Antigua, exploró la bahía de San Miguel y descubrió las islas del cacique Terarequí, a la que bautizó como el Archipiélago de las Perlas.