LA GRAN REBELION DE MANCO INCA

Manco Inca lideró la más grande rebelión contra los españoles. 
Dibujo: Guamán Poma de Ayala


La gran rebelión de Manco Inca

Manco Inca también era hijo del emperador Huayna Cápac. Cuando estalló la guerra entre sus hermanos Huáscar y Atahualpa, Manco Inca se proclamó partidario del primero y regresó de una expedición al Paititi para reforzar sus tropas.

Durante el retorno se enteró del triunfo de los atahualpistas que incluso ya controlaban el Cusco (1532). También le informaron de la cercanía de un ejército huascarista que venía acompañado de algunas decenas de "emisarios del dios Wiracocha", eran los españoles.

Entonces, Manco Inca, con sus tropas, se unió en Jaquijahuana a Francisco Pizarro, y juntos derrotaron al general atahualpista Quisquis en la batalla de Anta. Esto le permitió ingresar al Cusco acompañado de los "divinos" barbudos que lo reconocieron como nuevo Sapa Inca (1533).

En 1534, cuando Francisco Pizarro regresaba a Jauja, Manco Inca fue apresado por Juan y Gonzalo Pizarro, quienes lo torturaron para que confiese la ubicación de muchos tesoros escondidos. El estoico monarca resistió el tormento, hasta que a comienzos de 1536, con mucha astucia logró que Hernando Pizarro lo liberara. Le prometió traer una estatua de oro que representaba a Huayna Cápac.

Con la ayuda del Willac Umu, el gran sacerdote del Sol, Manco Inca logró reunir 75 mil guerreros para recuperar el Cusco y destruir Lima. Los españoles hubieran sido aniquilados si no fuera por la ayuda de miles de indios auxiliares huancas, chachapoyas, cañaris, tallanes y huaylas, que no querían la resauración del Imperio Inca.

La guerra de resistencia incaica fue encarnizada. Dibujo: Miguel Ángel Yzaguirre


Manco Inca se refugió primero en Ollantaytambo, y en 1538 se estableció con su corte y sus tropas en ciudades incas de las montañas de Vilcabamba, en la selva del Cusco. Desde ahí dirigió varios ataques contra los españoles y sus aliados.

En 1542, dio asilo a un grupo de almagristas derrotados en la batalla de Chupas. Éstos le enseñaron al Inca a montar caballo, usar armadura y manejar el arcabuz, según cuenta el cronista Fernando de Montesinos.

Sin embargo, en 1544 un confuso incidente durante un juego (herrón para algunos; ajedrez para otros) derivó en una riña que terminó cuando Manco Inca fue apuñalado por Diego Méndez y los demás españoles refugiados. Los asesinos fueron alcanzados por los guardias reales y murieron a lanzadas.

Manco Inca al galope. Dibujo: Willy Zeballos